02 de julio de 2025

El P. James Joseph Kelly, de Filadelfia (Estados Unidos), cumplió 100 años en enero y este 2025 celebra 75 años de su ordenación sacerdotal. En entrevista con AP cuenta cómo surgió su vocación siendo niño, un poco de su vida y un grato recuerdo con la Madre Teresa de Calcuta. El sacerdote relató a Associated Press (AP) que en una oportunidad sirvió como chofer de la fundadora de las Misioneras de la Caridad, y en el trayecto le pudo decir que “era una persona maravillosa”, y “le dije: “Madre Teresa, ¿qué tal si rezas por mí? Y ella dijo, bueno, claro, rezaré por ti todos los días de mi vida. Es una promesa”. Algunos años después, en una peregrinación en Tierra Santa con un grupo de personas, específicamente en el Santo Sepulcro de Jerusalén, vio a la querida religiosa.“La Madre Teresa estaba a punto de salir y se acercó a mí y se dirigió a mí por mi nombre. ‘Padre Kelly, ¿cómo estás? Te ves maravilloso’. Le dije, ‘no me olvidaste’. ´Por supuesto que no te olvidé. He estado rezando por usted, todo este tiempo’”, le contestó la religiosa, algo por lo que hasta ahora sigue agradecido.

¿Quién es el P. James Joseph Kelly, de Filadelfia?

El P. James Joseph Kelly es el sacerdote más longevo de Filadelfia (Estados Unidos). El pasado 7 de enero cumplió 100 años y este 2025 celebra 75 años de su ordenación sacerdotal, recibida en 1950 cuando tenía sólo 25. Por estos días, el sacerdote se levanta muy temprano para celebrar Misa en la residencia de ancianos en donde vive. Le gusta la ópera y preparar pasteles. Ha viajado a más de 100 países y su comida preferida es el pollo asado con puré de patatas, judías verdes y una mazorca de maíz. “Espero haber ayudado a muchos otros en mi viaje en esta autopista de la vida. Eso es todo lo que puedo decir: ‘Señor, sabes, hice lo mejor que pude. Puede que no haya sido lo mejor que podía haber hecho, pero lo intenté’. Todo lo que puedo decir es que nunca dejes de intentarlo y al final acertarás”, comenta el sacerdote.

El origen de su vocación

El P. Kelly recuerda que siendo niño ya soñaba con ser sacerdote. “Cuando era pequeño, tenía mi mesita en mi habitación, y tenía un vasito con flores y jugaba a celebrar Misa. Tenía caramelos y daba la comunión a la familia con caramelos”, recuerda. “Desde mis primeros años, yendo a Misa con mis padres, veía lo que hacía el cura allí. A veces, cuando volvía a casa, intentaba jugar a la Misa. Intentaba vestirme como el sacerdote y tenía mi pequeño altar en mi habitación y decía Misa”, prosigue. El sacerdote comparte además que ha servido en muchas parroquias y que cree que son miles de personas las que ha podido bautizar, casar y también despedir de esta vida en muchos funerales. “No puedo contar el número de personas que he casado y de las que he participado en sus vidas”, aseguró.