22 de julio de 2025

El P. Gabriel Romanelli, párroco de la única iglesia católica de Gaza, bombardeada el jueves 17 de julio, ofrece una profunda reflexión sobre el sufrimiento y la muerte, especialmente ahora en el marco de la guerra entre Israel y Hamás. En un video publicado en su canal de YouTube el 21 de julio, titulado “¡Morir sí! ¡Sufrir no!”, el sacerdote argentino recuerda el libro Se inmoló por los sacerdotes del P. Manuel Díaz Martínez, un presbítero del siglo XX que habla sobre cómo es el amor sacerdotal, cuyo prólogo es escrito por el P. Santiago Martín, quien afirma que “el Señor no sólo aceptó morir, sino que aceptó sufrir”. El P. Romanelli precisa que el amor del sacerdote “es un amor como el de Cristo, no es un amor masoquista, pero que en el mundo de hoy no se entiende por el hedonismo reinante, no se puede entender. No se entiende que alguien pueda estar dispuesto a sufrir y quiera sufrir cuando Dios así lo pida”. “Nosotros, yo como sacerdote, como religioso, muchas veces le dije a Cristo que estaba dispuesto a morir. Vivo las constituciones, la vida espiritual, que están plasmadas en todos los documentos de mi amada congregación del Verbo Encarnado [IVE], donde habla del sacrificio que hace uno personalmente”. Sin embargo, continuó el sacerdote, “muchas veces nos pasa, y nos puede pasar eso. Sería más fácil estar dispuesto a morir que no dispuesto a sufrir”. “Y sin embargo, Nuestro Señor Jesucristo nos manifestó que el sufrimiento es aquello que prepara el acto supremo de entrega, la muerte”, resaltó el sacerdote, quien precisó que eso le puede pasar a cualquiera, sacerdote o laico, ya “sea por el sacrificio cruento de un martirio de sangre o por el sacrificio incruento” en la vida cotidiana en un mundo hostil al cristianismo. Tras señalar que como misionero en Gaza quiere servir a Cristo, reconociéndose pecador, el P. Romanelli comparte que ha visto “la muerte, muchísimas personas hemos visto morir y uno se puede acostumbrar. La muerte va a llegar y el sufrimiento está presente”. Eso, precisó, no “quita la maldad de aquellos que hacen el mal y por los cuales hay que rezar mucho como hizo Jesús en la cruz, como lo hizo muchísimas veces y como nos mandó a nosotros a perdonar a todos”. “Por eso es que de parte nuestra cada uno en su vocación que esté dispuesto a sufrir, no solamente a morir. Morir y sufrir y todo esto amando con gran caridad, con gran sencillez, con gran alegría paradojalmente, hasta el día que el Señor nos pida lo que Él quiera”, remarcó. El sacerdote argentino lamentó que “la guerra desgraciadamente sigue su curso. Muertos hay por todos lados. Sólo Dios quiera, sólo Dios sabe si va a parar o no. Esperemos que pare, que pare pronto, que escuchen el llamado del Santo Padre, del Papa León que pidió un cese de fuego inmediato al final de la guerra”. “Las bombas no distinguen, no distinguen. La guerra no discierne, no distingue, mata a uno y otro y sufre uno y otro. Por eso el sufrimiento de la población es extremo. Sigamos pidiendo por el final de esta guerra. Les agradezco una vez más a todos ustedes la cercanía, la oración, la ayuda y que Dios los bendiga desde Gaza”, concluyó.