18 de noviembre de 2025
Con profunda gratitud y renovada esperanza, el Movimiento AMAC (Acción Católica de Mujeres) celebró sus 20 años de presencia ininterrumpida en la Diócesis de Chillán, marcando dos décadas de servicio, formación, espiritualidad y compromiso eclesial. AMAC nació en 1944 como rama especializada de la Acción Católica de Mujeres, impulsada por el entonces Cardenal Arzobispo de Santiago, José María Caro Rodríguez. En sus inicios, reunió a mujeres jóvenes que, desde las parroquias, buscaban respuestas a las inquietudes propias de su vocación como esposas, madres y miembros activos de la comunidad eclesial y social. En 1945, bajo la inspiración del sacerdote diocesano Mons. Rafael Larraín, se consolidó como Escuela de Formación, respondiendo a los desafíos de la época y otorgando un espacio de crecimiento espiritual e integral para la mujer. Desde entonces, AMAC se configura como un movimiento laico, vivo, centrado en Cristo y comprometido con el desarrollo humano y la evangelización desde la vida cotidiana. A lo largo de su historia, el movimiento ha tenido presencia en diversas ciudades del país: Arica, Antofagasta, Viña del Mar, Quilpué, Limache, Quillota, Santiago, Curicó, Linares, Cauquenes, Concepción, Punta Arenas, entre otras.
Sus pilares: una espiritualidad encarnada AMAC fundamenta su vocación en tres grandes pilares: Dimensión social: integrar la vida interior y exterior mediante un proceso de síntesis personal que impulsa a transformar la realidad. Ambiente favorable: promover espacios de calidez, formación y alimento espiritual que faciliten el crecimiento integral. Audacia para salir a lo nuevo: asumir la evolución personal como camino de búsqueda, apertura y renovación constante.
20 años de AMAC en Chillán: un camino fecundo La historia de AMAC en Chillán comenzó en 2004, cuando Carmen Luz Concha participó en el curso “El Plan de Dios” impartido en AMAC Santiago. Inspirada por esta experiencia, y con el apoyo de Ximena Hitschfeld, inició un taller formativo que reunió a 20 mujeres en su primer año. El crecimiento del grupo fue tal que, en 2005, se solicitó autorización al entonces Obispo de Chillán, Mons. Alberto Jara Franzoi, quien reconoció formalmente el movimiento en la diócesis y le otorgó un espacio en Casa Tabor, donde hasta hoy funciona la sede. Durante dos años, la comunidad recibió la asesoría espiritual del sacerdote diocesano Padre José Luis Ysern de Arce, y desde entonces es acompañada por el Padre Patricio Fuentes Benavides, quien ha sostenido y alentado la misión del movimiento en la diócesis. AMAC Chillán ha mantenido durante dos décadas un programa de formación semanal, cada viernes, donde han participado profesionales de diversas áreas, sacerdotes, consagradas y monitoras formadas en el mismo movimiento. Su labor ha sido un espacio constante de crecimiento personal, profundización de la fe y compromiso con la Iglesia.
Una misión que continúa Tras 20 años de servicio, AMAC afirma haber dejado una huella profunda en la vida de muchas mujeres de la diócesis, generando procesos de formación integral, madurez en la fe y un renovado sentido de responsabilidad social y eclesial.
Misión Formar integralmente a las personas para vivir su fe en la vida diaria, ser conscientes de sí mismas y del mundo, y responder a los desafíos actuales desde su propio ambiente, contribuyendo a una sociedad más humana.
Visión Descubrir a Cristo y el sentido de su mensaje, para vivir como auténticos laicos en la Iglesia y en el mundo de hoy. Este aniversario se celebra como una acción de gracias por todo el camino recorrido y como impulso para seguir construyendo, desde el carisma de AMAC, una comunidad más fraterna, humana y cristiana en la Diócesis de Chillán.
