26 de noviembre de 2025

La Santa Sede cerró el ejercicio 2024 con un superávit de 1,6 millones de euros, según el Balance Consolidado 2024 publicado este miércoles por la Secretaría de Economía. Se trata de un resultado que representa un cambio sustancial respecto al déficit de 51,2 millones registrado en 2023, según informó el Vaticano. El último informe público de la Santa Sede correspondía a 2020 — fue publicado en 2021– y arrojaba un déficit de 66,3 millones de euros. El informe actual señala que la mejora financiera se basa en la reducción del déficit operativo, que descendió casi un 50%, de 83 millones a 44 millones de euros, impulsada por un incremento de 79 millones de euros en ingresos, derivados principalmente de donaciones y gestión hospitalaria, y por un estricto control de gastos que compensó parcialmente la inflación y el aumento de los costos de personal. El documento destaca también el desempeño de la gestión financiera con resultados activos de 46 millones de euros, superiores a los del año anterior gracias a plusvalías obtenidas por la venta de inversiones históricas y al inicio de operaciones del Comité de Inversiones.

Superávit excluyendo hospitales Excluyendo los entes hospitalarios, la Santa Sede registró un superávit de 18,7 millones de euros, aunque la Secretaría advierte que este dato refleja efectos contables extraordinarios y un aumento puntual de donaciones, por lo que su consolidación dependerá de ejercicios futuros. El balance de la Santa Sede revela una asignación total de 393,29 millones de euros destinados a la Misión Apostólica y a los Fondos Pontificios, sin incluir la financiación de los hospitales. Este presupuesto refleja la prioridad de sostener las actividades centrales de la Iglesia en el mundo y muestra cómo se distribuyen los recursos para garantizar la continuidad de la misión apostólica. Aproximadamente el 83% de los fondos se concentra en cinco áreas estratégicas que articulan la labor pastoral y social de la Santa Sede. La partida más significativa, con 146,4 millones de euros —equivalente al 37% del total—, se destina al apoyo de las Iglesias locales en situaciones de dificultad y en contextos de evangelización, reconociendo la importancia de fortalecer a las comunidades más vulnerables y de acompañar la expansión de la fe en territorios donde la misión enfrenta mayores desafíos. El culto y la evangelización constituyen el segundo bloque más relevante, representando el 14% de los recursos. Esta asignación permite sostener las actividades litúrgicas, la formación religiosa y las iniciativas de difusión de la doctrina en todo el mundo. Un 12% se orienta específicamente a la comunicación del mensaje del Papa, asegurando que sus enseñanzas, exhortaciones y declaraciones alcancen de manera efectiva a los fieles y a la comunidad internacional.

El 10% del presupuesto se destina al servicio de caridad Asimismo, un 10% del presupuesto se dedica a mantener la presencia internacional de la Santa Sede a través de las nunciaturas apostólicas, que cumplen un papel diplomático y pastoral esencial en la relación con los Estados y las Iglesias locales. En paralelo, otro 10% se destina al servicio de caridad, reforzando las iniciativas humanitarias y asistenciales que responden a las necesidades más urgentes de los pobres y marginados. El 17% restante financia actividades como organización de la vida eclesial, gestión del patrimonio histórico y apoyo a instituciones académicas. La Secretaría subraya que estas partidas reflejan coherencia entre la misión pastoral de la Iglesia y su gestión financiera. El informe concluye que, aunque el resultado es alentador, la plena sostenibilidad financiera de la Santa Sede seguirá dependiendo de su desempeño en los próximos ejercicios, marcando 2024 como un año de recuperación económica tras años de déficit. Maximino Caballero Ledo, prefecto de la Secretaría para la Economía, ofreció en una entrevista a los medios del Vaticano una amplia explicación sobre los resultados, destacando tanto los logros como la necesidad de prudencia y continuidad en la gestión. “Los datos reflejan un progreso notable en la consolidación de la situación económica de la Santa Sede”, afirmó Caballero. “No se trata solo de mantener el equilibrio del presupuesto, sino de fortalecer nuestra capacidad de utilizar de la mejor manera cada contribución recibida, haciendo más sólido y sostenible el servicio a la misión de la Iglesia universal”. El documento económico presentado por el Vaticano muestra que el déficit operativo estructural se redujo casi a la mitad, pasando de 83,5 a 44,4 millones de euros. Esto se debe principalmente al aumento de ingresos, que ascendieron a casi 79 millones de euros respecto al año anterior, impulsados por la mayor participación de los donantes, los resultados positivos de la actividad hospitalaria y el progreso en la gestión inmobiliaria y comercial. Caballero enfatizó que estas “dinámicas favorables”, combinadas con un control prudente de los gastos y un esfuerzo constante por mejorar la eficiencia operativa, permiten vislumbrar una dirección positiva para las finanzas vaticanas. Sin embargo, recordó que “el déficit de 44,4 millones de euros indica que aún queda camino por recorrer. La sostenibilidad financiera no es solo un objetivo posible, sino una condición necesaria para garantizar la continuidad de nuestra misión apostólica”.

Crecimiento de las donaciones y confianza de los fieles El prefecto señaló que las contribuciones de los fieles experimentaron un repunte en 2024, después de años de desaceleración. “Este incremento representa un signo alentador de participación renovada de los fieles y de las Iglesias locales en la misión de la Santa Sede. Sin embargo, estas dinámicas son variables y requieren siempre prudencia y realismo en su interpretación”, subrayó. El análisis de los gastos confirma, según Caballero, que la mayoría de los recursos continúan destinándose directamente a las actividades apostólicas, “reflejando la coherencia entre las prioridades de la misión y las decisiones económicas que la hacen posible. Esto permite fortalecer las iniciativas pastorales y apoyar a las comunidades más vulnerables, consolidando una gestión equilibrada y responsable de los recursos”.

Gestión financiera y perspectivas futuras El balance 2024 también muestra resultados positivos por 46 millones de euros provenientes de la actividad financiera, incluyendo operaciones extraordinarias de reestructuración del portafolio de inversiones según la nueva política aprobada por el Comité para los Inversiones. Caballero advirtió que “estas plusvalías no son replicables con la misma intensidad en años futuros y reflejan la volatilidad natural de la actividad financiera”. Por ello, insistió en que “junto con la prudencia en los gastos, es imprescindible seguir trabajando en el lado de los ingresos: donaciones, recaudación de fondos, valorización del patrimonio y gestión de inversiones coherente. El objetivo no es oponer estas dimensiones, sino consolidar los progresos y fortalecer gradualmente una base económica más estable”.

Hacia la sostenibilidad financiera plena El prefecto concluyó destacando que el ejercicio 2024 cerró con un pequeño superávit de 1,6 millones de euros, un signo alentador que, según él, “demuestra que la dirección tomada es positiva. Ahora debemos consolidar estos progresos, conscientes de que parte de los resultados provienen de elementos no recurrentes. La sostenibilidad financiera es esencial para asegurar la continuidad de la misión de la Santa Sede, que por su naturaleza requiere una base económica estable”. Caballero insistió en que “no se trata únicamente de equilibrar el presupuesto, sino de fortalecer nuestra capacidad de utilizar de manera óptima cada contribución recibida, haciendo más sólido y sostenible el servicio de la Santa Sede al conjunto de la Iglesia universal”.