Cada 17 de marzo, la Iglesia celebra la fiesta de San Patricio (ca. 386 – 461), obispo y misionero. Él, junto a Santa Brígida y San Columba, ostenta el patronazgo de Irlanda, nación cuya identidad e historia fueron forjadas al calor del catolicismo.
San Patricio, arzobispo de Armagh, llevó la Buena Nueva a tierras irlandesas en tiempos de la expansión del Evangelio en la Europa Insular. Ciertamente, el cristianismo ya estaba presente en la isla desde antes, pero no fue hasta la llegada de Patricio que la cultura cristiana pudo difundirse ampliamente y echar raíces. Por eso, este gran santo es llamado ‘el Apóstol de Irlanda’.