La importancia de soñar en grande, de soñar con la paz

El cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, principal organizador del evento, al abrir el encuentro con los periodistas, se hizo eco de las palabras repetidas varias veces por el Papa en las que subrayó que los sueños son importantes porque nos mantienen los ojos bien abiertos, que los sueños de los jóvenes son los más importantes y que lo que hay que hacer es convertir esos sueños en realidad.

«Hoy, los conflictos y las guerras -dice el Cardenal- exigen de todos nosotros este coraje, el coraje de soñar la paz y de conquistar la paz. Aprendemos de niños a tener este coraje». El dolor por lo que ocurre en el mundo y la esperanza de los niños, prosigue el Prefecto, son los dos sentimientos que nos acompañan en la preparación de la iniciativa. Hace falta mucho más valor para hacer la paz que para hacer la guerra», prosigue, «hace falta más valor para decir sí al diálogo y no al enfrentamiento. (…) Que los niños que encontraremos el 6 de noviembre sean para nosotros fuente de esta valentía».

«Cuando crezca será demasiado tarde»

En particular, los franciscanos, la Comunidad de Sant’Egidio y la Cooperativa Auxilium apoyan la iniciativa en la que participan también la Federación Italiana de Fútbol y Trenitalia, esta última -como explicó Maria Luisa Grilletta, directora de Planificación Industrial- por organizar el transporte de los participantes a Roma desde todas las regiones de Italia, con 8 trenes especiales y algunos autobuses. Pero es el escritor y piloto Aldo Cagnoli quien cuenta cómo empezó todo con un diálogo entre él y su hijo de 12 años. El Papa Francisco había regalado a Cagnoli un ejemplar de la encíclica Laudato si’, escribiendo en él una dedicatoria al chico. Al recibirla como regalo, el joven preguntó a su padre qué era una encíclica. «Es una cosa muy importante», le dijo, «que leerás cuando seas mayor». «Si es algo tan importante, entonces si la leo cuando sea mayor, será demasiado tarde». De ese intercambio y de ese «será demasiado tarde», dice Cagnoli, surgió la idea de escribir primero un libro para niños sobre Laudato si’ y luego planear un encuentro para ellos en el que los adultos puedan escuchar sus voces y aprender de los más pequeños.

El diálogo de Francisco con los niños

En nombre de la familia franciscana toma la palabra el fraile menor conventual padre Enzo Fortunato, que describe el programa del encuentro. Explica que el pegamento de todo será el amor, la necesidad de amor y de ser acogidos que cada niño siente profundamente. La jornada comenzará a las 12 del mediodía en la basílica de San Pedro, que acogerá a los grupos que ya han llegado para un momento de catequesis y oración ante la tumba de San Pedro. A partir de las 14.00 horas, en el Aula Pablo VI, distintos grupos procedentes de Vietnam, Australia, Amazonia, Brasil, Benín e Italia se turnarán con cantos y testimonios. Para animar el encuentro estará el Coro Antoniano y el cantante Mr. Rain, querido de los más pequeños, también cantará una canción. Tras la llegada del Papa, a las 15.30 horas, su breve discurso irá seguido de un diálogo mediante preguntas y respuestas entre Francisco y los niños. enviado una carta a todas las escuelas, subraya el padre Fortunato, pidiéndoles que saquen a relucir las preguntas de los niños, su imaginación, para que sean ellos los protagonistas del encuentro con el Papa». Y concluye diciendo que está encantado con la gran respuesta y entusiasmo que ha suscitado la iniciativa, que ha superado todas las expectativas iniciales.

¿Qué le gustaría preguntar al Papa Francisco?

Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant’Egidio, dice que la delegación de jóvenes que irá acompañada al encuentro por la Comunidad será internacional, formada principalmente por nuevos italianos, es decir, hijos de inmigrantes, pero también habrá niños refugiados que han llegado a Italia a través de los corredores humanitarios. Habló de las «Escuelas de Paz» que promueve Sant’Egidio y de una exposición titulada «¿Hacemos la paz?», que se instalará en el Aula Pablo VI, en la que se podrán escuchar las voces de niños que dicen no a la guerra después de haberla vivido en su propia piel.

«Los adultos», afirma Impagliazzo, «a menudo están convencidos de que tienen poco que aprender de los niños que, si se les escucha, en cambio nos dicen mucho, como por ejemplo sobre el respeto a las personas y a la creación». En estas «Escuelas de la Paz», prosigue, los niños preparan las preguntas simplemente suscitadas por la pregunta: «¿Qué te gustaría preguntar al Papa Francisco?» «Lo hacen con libertad y sencillez: algunos expresan curiosidad por el Papa y su vida, señala, pero otros destacan la importancia de las relaciones, la familia, el dolor, la felicidad, la muerte, cuestiones de las que se desprende que sólo si eres acogido y amado puedes ser feliz». Todas estas cuestiones, dice, serán planteadas al Papa aunque no todas puedan ser expresadas durante el encuentro. Hay mucha expectación e ilusión por este evento, concluye, en el que el Papa nos mostrará cómo se escucha a los niños y será una oportunidad para renovar el pacto entre generaciones para mirar al futuro con más confianza.