21 de octubre de 2025

El Papa León XIV se reunió este lunes 20 de octubre en el Vaticano con miembros de una organización internacional de sobrevivientes y defensores de víctimas de abusos cometidos por el clero. Cuatro víctimas y dos defensores de Ending Clergy Abuse (ECA), una coalición que representa a sobrevivientes de abusos sexuales por parte del clero en más de 30 países, mantuvieron una conversación de una hora con León XIV. De acuerdo a los participantes, fue la primera vez durante su pontificado que el Papa se reunía con sobrevivientes de abusos. Gemma Hickey, presidenta de la junta de ECA y sobreviviente de abuso clerical, dijo que “fue una conversación profundamente significativa. Hoy todos nos sentimos escuchados”. El grupo dijo que fue invitado al Vaticano tras enviar una carta al Pontífice recién elegido. “Vinimos no sólo para plantear nuestras preocupaciones, sino también para explorar cómo podríamos trabajar juntos para garantizar la protección de niños y adultos vulnerables en todo el mundo. Creemos que la colaboración es posible y necesaria”, dijo Janet Aguti, vicepresidenta de la junta de ECA. “La Iglesia tiene la responsabilidad moral de apoyar a los sobrevivientes y prevenir futuros daños”, añadió Tim Law, cofundador de ECA y miembro de la junta en Estados Unidos. “Nuestro objetivo no es la confrontación, sino la rendición de cuentas, la transparencia y la disposición a caminar juntos hacia soluciones”. La Comisión Pontificia para la Protección de Menores del Vaticano publicó la semana pasada su segundo informe anual sobre las políticas y procedimientos de salvaguardia de la Iglesia, en el que instó a aumentar la conciencia sobre los abusos y a la necesidad de ofrecer reparaciones a las víctimas. En una entrevista con Crux en julio, el Papa León dijo que la forma de responder a la crisis de abusos en la Iglesia —incluida la manera de equilibrar la justicia para las víctimas con los derechos de los acusados— es “uno de los muchos desafíos con los que estoy tratando de encontrar la manera de lidiar”. “Una sensibilidad y compasión auténticas y profundas ante el dolor, el sufrimiento que las personas han soportado a manos de ministros de la Iglesia, ya sean sacerdotes u obispos, laicos, religiosos o religiosas, catequistas, etc. Ese es un problema que nos afecta, y creo que debe ser tratado con profundo respeto”, dijo.