24 de abril de 2025
Del abrazo en el Muro de los Lamentos a la condena del antisemitismo, el Papa Francisco llevó su experiencia argentina de diálogo interreligioso al escenario global, forjando un vínculo entre la Iglesia Católica y el judaísmo. Con gestos audaces y palabras firmes, el Pontífice trazó un camino de fraternidad que desafió fronteras religiosas y geopolíticas, enfrentando incluso las tensiones derivadas de conflictos internacionales.
Lenguaje enérgico contra el antisemitismo
En 2021, por ejemplo, durante su viaje apostólico a Eslovaquia, el Santo Padre mantuvo un encuentro con la comunidad judía en el que aseguró que “la bendición del Altísimo se derrama sobre nosotros cuando ve una familia de hermanos que se respetan, se aman y colaboran”. El Papa Francisco se refirió entonces a la “locura del odio” que llevó al asesinato de más de 100.000 judíos eslovacos durante la Segunda Guerra Mundial. “Estamos unidos en la condena de toda violencia, de toda forma de antisemitismo, y en el esfuerzo para que la imagen de Dios en la persona humana no sea profanada”, expresó. En noviembre de 2023, a pocas semanas de iniciado el conflicto en Tierra Santa, el Papa Francisco recibió a la Conferencia de Rabinos Europeos, encuentro en el que expresó preocupación y condenó “la difusión de manifestaciones antisemitas”. Además de repudiar “la violencia y la guerra”, símbolos de “la bajeza del odio”, el Pontífice consideró “preocupante” la existencia de expresiones antisemitas, que condenó con firmeza. Tomando las expresiones de San Juan Pablo II, se dirigió a la comunidad judía con las palabras «hermanos queridos» y «hermanos mayores».
Un “diálogo de familia”
El diálogo entre judíos y cristianos, aseguraba el Papa Francisco, «más que un diálogo interreligioso, es un diálogo de familia», cuyos miembros están vinculados “unos a otros ante el único Dios”. Sin embargo, su cercanía con la comunidad judía y su prioridad por el diálogo interreligioso no comenzaron con su pontificado, sino que se remontan a sus tiempos en Argentina. En 1994, Jorge Mario Bergoglio era Obispo Auxiliar de Buenos Aires cuando se perpetró el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que dejó 85 muertos y abrió una herida que permanece abierta en la sociedad argentina, donde la justicia, tras dos juicios orales, sólo condenó a funcionarios que investigaron el caso por encubrimiento y delitos durante el proceso de instrucción. Por la causa hay 11 prófugos con pedido de captura nacional e internacional vigentes. En 2005, ya como Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio fue el primer firmante del manifiesto “AMIA, 85 vidas, 85 firmas”, un documento basado en el reclamo por “un país sin impunidad, con una justicia mejor, con educación y salud para todos, sin discriminación ni excluidos, y que conservemos la memoria de las cosas que se hicieron mal para no repetirlas”, según publicó entonces La Nación. También como Cardenal Primado de Argentina impulsó la creación del Instituto para el Diálogo Interreligioso (IDI), cuyos copresidentes son el Rabino Daniel Goldman, el líder islámico Omar Abboud, y el sacerdote Guillermo Marcó.