17 de julio de 2025

La iglesia de la Sagrada Familia de Gaza ha sido alcanzada esta mañana por un ataque aéreo en medio de una nueva ola de bombardeos israelíes que han dejado varios heridos, entre ellos, el párroco argentino Gabriel Romanelli. Así lo ha confirmado el Patriarcado Latino de Jerusalén en un comunicado oficial emitido este jueves. El ataque ha dejado tres muertos, según confirmó Cáritas Jerusalén. Se trata de Saad Issa Kostandi Salameh de 60 años, que era el encargado de mantenimiento de la parroquia y era una de las personas que estaban en el patio en el momento de la explosión. La otras dos víctimas mortales son Foumia Issa Latif Ayyad una anciana de 84 años y Najwa Abu Daoud, de 70, que estaban recibiendo recibiendo atención psicológica en ese preciso momento dentro de la tienda de campaña del proyecto de apoyo psicosocial de Cáritas. Según el diario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Avvenire, el P. Romanelli sufrió lesiones en una pierna y fue hospitalizado, aunque su estado no parece crítico. Además del sacerdote argentino del Instituto del Verbo Encarnado, otras ocho personas resultaron heridas y fueron trasladadas de urgencia al Hospital Al Mamadami, a tan solo un kilómetro de la Iglesia. El edificio parroquial, único templo católico de la Franja de Gaza, se convirtió al inicio de la guerra en un improvisado refugio donde ahora viven más de 500 personas. La mayoría son cristianos ortodoxos, protestantes y católicos, pero también sirve de refugio a más de 50 niños musulmanes con discapacidades junto a sus familias. Desde hace semanas, las 541 personas refugiadas en el complejo parroquial soportaban  a diario el estruendo de las bombas cayendo en los alrededores, especialmente en el barrio residencial de al-Zaytun, en la ciudad de Gaza. A pesar de la situación de inseguridad, el sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) ha permanecido en Gaza durante los últimos meses acompañando a la comunidad católica local en medio del conflicto. En 2023 fue evacuado a Jerusalén, pero decidió regresar en un gesto que prueba su compromiso pastoral y resistencia espiritual. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha condenado lo sucedido. “Los ataques israelíes sobre Gaza golpean también a la iglesia de la Sagrada Familia”, ha escrito en su perfil de la red social X. “Son inaceptables los ataques contra la población civil que Israel está llevando adelante desde hace meses. Ninguna acción militar puede justificar tal actitud”, ha agregado.

Otro ataque en diciembre del 2023

En todo caso, no es la primera vez que la parroquia de la Sagrada Familia, que ha sido un punto de asistencia humanitaria desde el inicio de la guerra en octubre del 2023, ha sido atacada. En diciembre de ese mismo año, dos mujeres, murieron por los disparos de un francotirador israelí dentro del recinto. Además, siete personas resultaron heridas durante el tiroteo que alcanzó a varios de los gazatíes. En esa ocasión, el Patriarcado de Jerusalén condenó el ataque a “sangre fría” en el perímetro de la parroquia, donde no había “ningún combatiente”. Este nuevo ataque a un lugar de culto plantea nuevas preocupaciones sobre la situación de los civiles y las comunidades religiosas atrapadas en el conflicto. La Iglesia católica en Tierra Santa ha pedido en reiteradas ocasiones el respeto a los lugares sagrados y la protección de la población civil, sin distinción de credo. Se espera que el Patriarcado Latino emita más información en las próximas horas tras confirmar los detalles del ataque. Una delegación de las Naciones Unidas realizó el pasado 1 de julio una visita sorpresa a la parroquia, la única iglesia católica de rito latino en Gaza, que acoge a cientos de personas desplazadas por la guerra. Según el Servizio Informazione Religiosa (SIR), la agencia de noticias de la Conferencia Episcopal Italiana, representantes de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés) visitaron el templo para evaluar la situación actual allí. El enclave católico recibió especial atención del difunto Papa Francisco, quien llamaba al P. Romanelli todos los días. La última llamada que realizó a la parroquia fue dos días antes de morir, el pasado 21 de abril.