05 de agosto de 2025

Por primera vez la Diócesis San Marcos de Arica es sede del encuentro nacional

Más de 300 docentes, autoridades y estudiantes se reunieron en Arica en el primer Encuentro Nacional de Educación Católica, bajo el lema “Fui forastero y me recibieron”. Durante dos jornadas, se reflexionó sobre los desafíos de la migración en la educación religiosa, promoviendo el diálogo intercultural, la acogida y una mirada inclusiva desde el compromiso como cristianos. Bajo el nombre “Fui Forastero y me recibieron: los desafíos de la migración para la educación religiosa”, se llevó a cabo en Arica, los días 31 de julio y 01 de agosto, el primer encuentro nacional de educación católica, enfocado en la reflexión en América Latina. La instancia contó con una asistencia de alrededor de 300 personas provenientes desde Illapel hasta el extremo norte del país, como también docentes provenientes de la ciudad de Tacna (Perú).
El encuentro se llevó a cabo gracias al apoyo del Área de Educación Católica de la Conferencia Episcopal de Chile, del Área de Educación Católica de la Diócesis de San Marcos de Arica y de la Corporación Educacional San Marcos. Se destacó especialmente la gestión de Monseñor Moisés Atisha, Obispo de la Diócesis de San Marcos de Arica, así como la participación de Monseñor Marco Antonio Cortés, Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, y la presencia de Monseñor Alberto Lorenzelli, Presidente del Área de Educación Católica de la Conferencia Episcopal de Chile. Asimismo, el encuentro contó con la presencia de autoridades locales, entre ellas el Gobernador de la Región de Arica y Parinacota.
Durante el acto inaugural, cabe destacar las palabras de Monseñor Moisés Atisha, quien invitó a reflexionar en torno al fenómeno de la migración y su profundo impacto en la educación católica. Asimismo, el Gobernador de la Región de Arica y Parinacota, Diego Paco Mamani, instó a los asistentes a vivir el congreso con entusiasmo, resaltando la educación como base fundamental para la formación integral de niños, adolescentes y jóvenes.
Con gran entusiasmo, vocación de servicio y compromiso con la educación católica, los participantes del encuentro abordaron diversas temáticas relacionadas con el fenómeno migratorio. En este contexto, se destacó la valiosa intervención de la Dra. Pamela Zapata, de la Universidad de Tarapacá de Arica; la Hna. María Morales, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl; el Dr. Javier Mercado, de la Universidad Católica del Norte; y el psicólogo nicaragüense Fernando Guzmán. Cada uno de ellos ofreció una mirada propositiva y aplicable a los entornos escolares, con especial énfasis en la perspectiva social, cultural, antropológica, y educacional.
Durante sus exposiciones, coincidieron en que la migración no debe entenderse como un paradigma abstracto, sino como una realidad concreta que interpela y enriquece a las comunidades educativas. Subrayaron la necesidad de revisar y fortalecer tanto los contenidos curriculares como la dimensión sociocultural de los proyectos educativos institucionales.
Con el objetivo de propiciar un espacio de diálogo desde las vivencias personales y profesionales vinculadas a la migración, se llevaron a cabo dos paneles de reflexión moderados por la periodista Carolina Rojas, profesional con más de 15 años de experiencia en los sectores público y privado.
El primer panel se centró en testimonios de estudiantes migrantes. Participaron Lucas Calvo, de nacionalidad peruana y estudiante del Colegio San Marcos de Arica, con 12 años de residencia en Chile; Daniela Acevedo, de nacionalidad colombiana, estudiante del Colegio Santa Ana de Arica, con dos años en la región; y la profesora Peggbeth, de nacionalidad boliviana, docente de religión en la localidad de Sierra Gorda, región de Antofagasta. Este grupo, proveniente de diversas comunidades educativas del norte grande, compartió sus experiencias sobre inserción escolar, adaptación cultural, barreras lingüísticas y procesos de acogida. También abordaron situaciones difíciles, como la rapidez del habla chilena y, en algunos casos, una percepción de imposición de las tradiciones nacionales por sobre las extranjeras, interpretadas como una forma equivocada de inculturación.
El segundo panel contó con la presencia de los obispos Monseñor Moisés Atisha y Monseñor Marco Antonio Cortés. Ambos coincidieron en la urgencia de adaptar el currículo nacional y los proyectos educativos institucionales para incorporar el enfoque intercultural, superando así el modelo cognitivo y competitivo tradicional. Abogaron por una educación integral, cultural y social, con una mirada transversal e inclusiva. Destacaron también el trabajo que han venido desarrollando las diócesis de San Marcos de Arica y de Tacna-Moquegua en torno a la migración, insistiendo en que todo colegio católico debe revisar y actualizar constantemente su proyecto educativo para responder a las necesidades emergentes de sus comunidades.
Para cerrar esta enriquecedora jornada de reflexión, y como una forma de realzar la diversidad cultural del territorio, se presentaron las agrupaciones folclóricas Caporales Kusi Jatha y Salay de Bolivia, compuestas por residentes bolivianos. También se contó con la emotiva presentación del violinista venezolano Francisco Alfonso Barczynki, quien conmovió a los asistentes con una interpretación de nivel sinfónico.
Posteriormente y en reconocimiento al compromiso con la educación católica, Monseñor Atisha entregó distinciones a los colegios pertenecientes al Departamento de Educación Católica de la Diócesis de San Marcos de Arica.
La jornada culminó con la celebración de la Eucaristía, presidida por Monseñor Moisés Atisha, Obispo de Arica, Monseñor Marco Antonio Cortés, Obispo de Tacna y por Monseñor Alberto Lorenzelli, director del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, junto a sacerdotes y capellanes de colegios de Tacna y Arica.
Ocasión en la cual Monseñor Lorenzelli hizo un llamado a adoptar una actitud nueva, al estilo de Jesús, con “ojos nuevos” y libres de prejuicios. Invitó a los docentes a educar en la fe, la hospitalidad y el reconocimiento de los milagros cotidianos que ocurren en la escuela, destacando la pedagogía del “fui forastero y me acogieron” como una experiencia profunda del Reino. “En este tiempo, ustedes son los profetas en su tierra. No tengan miedo de sembrar hospitalidad, justicia y fe”, concluyó.