13 de agosto de 2025
«La población ha recibido con esperanza y alegría el acuerdo de tregua firmado el 7 de agosto. Ahora lo que se pide es simple: que se respete. Pedimos a los gobiernos que garanticen que los militares cumplan el pacto, para poder construir una paz auténtica y duradera», declara a la Agencia Fides el jesuita P. Enrique Figaredo, prefecto apostólico de Battambang, provincia camboyana fronteriza con Tailandia.
Según medios de comunicación y testimonios locales, continúan los enfrentamientos y disparos esporádicos en la zona limítrofe entre Tailandia y Camboya, incluso después del acuerdo alcanzado con mediación de Malasia (véase Fides 8/8/2025). «La población ha acogido con alivio la firma del alto el fuego y todos alimentamos una nueva esperanza. Sin embargo, todavía hay más de 100.000 desplazados internos en el lado camboyano, especialmente en las zonas fronterizas del norte, que pertenecen a la jurisdicción de la Prefectura Apostólica de Battambang», indica el prefecto.
«La Iglesia local se está ocupando de la asistencia a los desplazados, muchos alojados en campos de refugiados habilitados por el Gobierno y otros dispersos por el territorio» continúa. Cáritas Camboya, que ha lanzado junto a Cáritas Internationalis un llamamiento de emergencia, ya ha realizado tres misiones humanitarias para distribuir arroz, verduras, kits de higiene y telones de plástico para refugio. «En provincias como Preah Vihear –explica- hay estaciones misioneras con pequeñas comunidades católicas con las que estamos en contacto. La gente vive en precariedad y esta guerra repentina ha trastocado su vida tranquila, causando un fuerte sufrimiento. Lo que está bien claro es una sola cosa: el pueblo camboyano ansía profundamente la paz».
Pese a la crisis, Figaredo destaca «un gran flujo de ayuda y una profunda solidaridad que devuelven una semilla de esperanza», aunque insiste en que «la violencia debe cesar por completo» y se necesita «un acuerdo de paz definitivo». El prefecto apostólico mantiene contacto con monjes de la Universidad Budista de Battambang, con quienes ha organizado donaciones para los desplazados. «En este momento de necesidad, queremos mostrar empatía y demostrar que la solidaridad no tiene fronteras religiosas: colaboramos con los monjes budistas por el bien de la población y por el bien supremo de la paz», afirma. La paz será también el eje del Jubileo especial de la juventud camboyana, que se celebrará el 15 de agosto en Siem Reap, en la prefectura de Battambang. Unos mil jóvenes de todo el país participarán en un encuentro dedicado a la esperanza, el discernimiento, el liderazgo y la no violencia. «Es un encuentro que queremos poner bajo la protección de la Virgen María, para que nos ayude a dirigir nuestros pasos hacia la armonía y la paz», subraya el padre Figaredo.
El domingo 17 de agosto, toda la comunidad católica de la Prefectura Apostólica de Battambang vivirá su fiesta patronal, con la celebración pública de la Asunción, que es la patrona de la Prefectura: «Será un bonito momento de testimonio de nuestra fe, con la Eucaristía y la procesión por las calles, un momento que comparten muchos camboyanos no católicos. Una fiesta de los católicos, llena de alegría, fe, esperanza y compartir, en la que la población local se une a nosotros. Estamos felices por ello. Juntos invocaremos la paz y nos comprometeremos a tomar siempre decisiones de paz», concluye.