24 de octubre de 2025

3.000 personas de distintas religiones celebrarán el próximo martes 28 de octubre un gran encuentro sin precedentes con motivo del 60º aniversario de la declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Entre los asistentes estarán líderes y representantes del judaísmo, el islam, el hinduismo, el jainismo, el sijismo, el budismo, el zoroastrismo, el confucianismo, el taoísmo, el sintoísmo y religiones tradicionales africanas, que se reunirán con el Papa León XIV con quien protagonizarán al final un momento de oración silenciosa. “Se trata de la primera vez que se realiza un evento de estas características”, aseguró en una rueda de prensa en el Vaticano Mons. Flavio Pace, secretario del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Según explicó, por su parte, Mons. Indunil Janakaratne Kodithuwakku Kankanamalage, secretario del dicasterio, el evento, que combinará momentos de reflexión, testimonios y actuaciones culturales de distintos continentes, repasará “las etapas principales de estos 60 años de diálogo”, desde Pablo VI hasta el actual pontífice, el Papa León XIV.

Actuaciones artísticas La jornada, que tendrá lugar en el Vaticano, incluirá una secuencia de cinco actuaciones artísticas procedentes de diversos países, concebidas como “expresión visible de una espiritualidad común”, según el funcionario vaticano. Entre las actuaciones, se presentará un espectáculo de danza de Sri Lanka con jóvenes italianos  —integrado por cristianos y budistas— que simboliza el encuentro entre culturas y credos. Desde Indonesia otra coreografía tradicional evocará el hinduismo, el catolicismo y el islam, como signo de armonía interreligiosa. El programa incluirá también una actuación de artistas de la República Democrática del Congo, que combinarán canto religioso tradicional con poesía espiritual africana. Finalmente, habrá una interpretación musical proveniente de Estados Unidos titulada Be Are the New World, un himno contemporáneo. El evento contará además con un acto cultural a cargo del Nefesh Trio, que interpretará música tradicional judía fusionada con melodías yemeníes, simbolizando la diáspora y el encuentro entre culturas. En el escenario se dispondrá un podio con el texto original de Nostra Aetate, una planta de olivo y una lámpara de la paz, símbolos de reconciliación y esperanza.

Testimonios del poder transformador del diálogo Junto a las representaciones artísticas, habrá tres testimonios personales que mostrarán cómo la fe y el diálogo interreligioso transforman vidas concretas. El primero será el budista Hsin Tao, nacido en 1948 en Laikan, cerca de Lashio (Myanmar), que sufrió una infancia profundamente marcada por la guerra y fue reclutado a los nueve años como niño soldado. En 2001 creó el Museum of World Religions en Nueva Taipéi, concebido como un espacio para el diálogo interreligioso y la comprensión entre los pueblos. El segundo testimonio llegará desde Tierra Santa. Tomará la palabra Sarah Bernstein, directora ejecutiva del Rossing Center, una organización interreligiosa con sede en Jerusalén que promueve una sociedad inclusiva para todos los grupos religiosos, étnicos y nacionales de la zona, con foco en el diálogo entre judíos, cristianos y musulmanes. El tercer testimonio presentará la experiencia de los jóvenes del proyecto “Bel Espoir”, que navegaron juntos por el Mediterráneo para promover la paz.

Un mensaje del Papa y el gesto simbólico de las semillas El momento culminante será el discurso del Santo Padre, quien ofrecerá una reflexión sobre el camino recorrido en estas seis décadas de diálogo interreligioso y sobre los desafíos del futuro. “El Papa invitará a todos a seguir caminando juntos con la esperanza que tiene en el diálogo, incluso en los tiempos difíciles que vivimos”, adelantó Mons. Indunil. Antes de la oración final, algunos niños italianos distribuirán pequeñas bolsas de semillas a los participantes, como símbolo del compromiso de continuar sembrando la paz. “Hace 60 años se plantó la semilla de la esperanza —recordó el secretario— y hoy debemos seguir sembrando, animando especialmente a los jóvenes a convertirse en nuevos sembradores de paz y amor”. El encuentro concluirá con un momento de oración silenciosa, evocando las palabras de san Juan Pablo II en Asís en 1986: “Toda oración auténtica es suscitada por el Espíritu Santo”. Mons. Pace concluyó subrayando que, a pesar de los avances, el camino iniciado con Nostra Aetate sigue siendo un proceso en desarrollo. “Han pasado 60 años de concienciación, diálogo y relaciones; aunque ha habido dificultades y ralentizaciones, no hay vuelta atrás. Solo se puede avanzar, sembrando esperanza para el futuro, como nos recuerdan los niños que participan en estos actos”, aseguró.