05 de julio de 2024
Lucas Gordia Andrade ha querido ser sacerdote desde que era muy pequeño. De niño, jugaba a celebrar Misa, a hacer procesiones y, a los 13 años, construyó una iglesia en el terreno familiar para rezar sus oraciones personales y comunitarias.
Hoy, a los 17 años, Andrade es seminarista en la Diócesis de União da Vitória, en el estado brasileño de Paraná.
El joven le dijo a ACI Digital —agencia en portugués de EWTN News— que tiene un «amor por los sacramentos que realmente arde en el corazón, realmente», y que lo experimenta en su vida diaria. «Sé que todavía soy joven, pero el corazón arde y tenemos que lanzarnos de verdad» y responder «a la invitación que Dios hace, que es una elección personal de vida».
Este amor a Dios y a las cosas sagradas comenzó en casa, en la familia que siempre se reunía para la Misa, haciendo novenas y oraciones, lo que hizo que surgiera en su corazón el deseo de construir una iglesia a la edad de seis años.
Lucas dijo que como era un deseo temprano, sus padres «esperaron a que la idea madurara más, porque no es de la noche a la mañana que se construye una capilla».
Cuando cumplió 13 años, comenzaron la construcción de la iglesia en el terreno familiar en São João do Triunfo, en Campos Gerais, Paraná. «Me inspiré en un estilo de iglesias antiguas”, compartió, y aseguró que colaboró “en la construcción, algunas cosas ayudé, me ensucié las manos».
La capilla está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y a Nuestra Señora de la Concepción, devociones arraigadas en la vida familiar. «Había dos títulos que venían con la idea de la capilla, tenerlos como santos patronos. Y la Diócesis de União da Vitória también está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, así que fue otra inspiración», dijo.
«Empezó de a poco, como un niño pequeño en la familia y este sentimiento se arraigó en su corazón», dijo el rector a ACI Digital. «Cuando lo escucho hablar, cuando le hablo veo la verdad, veo el verdadero discurso. Hay corazón en este discurso. Hay amor por Dios en este discurso».
«Un joven que quiere dedicarse a Dios no necesita ser extraordinario, no necesita ser nada de eso fuera de lo que conocemos de la humanidad, sólo necesita querer servir a Dios y amarlo. Amar así con todo el respeto, con todo el amor y con todo el cariño y será un gran sacerdote».
«Deseo desde el fondo de mi corazón que los jóvenes no tengan miedo, porque pueden servir a Dios y hacer mucho bien a muchas personas. Lucas lleva seis meses con nosotros y ya lo ha hecho muy bien, está llegando a mucha gente», concluyó el sacerdote.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Digital.