06 de agosto de 2025

“Nos unimos a los días de duelo nacional con oraciones y celebrando misa por la trágica muerte de Paulo, Gonzalo, Jean, Álex, Carlos y Moisés”. El cardenal Fernando Garib Chomali, Arzobispo de Santiago de Chile, expresa así su solidaridad con los trabajadores fallecidos en la mina El Teniente. “Es una pena que la gente encuentre la muerte en el mismo lugar donde busca sustento. El trabajo debe ser fuente de dignidad y desarrollo humano, no de muerte”, señala.
Según la prensa chilena, no hubo ningún superviviente tras el derrumbe ocurrido el jueves 31 de julio en la mina de cobre más grande del mundo. El accidente ocurrió en un túnel dentro del proyecto Andesita, tras un seísmo de magnitud 4,2 causado por la actividad minera. El Teniente, operado por la minera estatal chilena Codelco, cuenta con más de 4.500 kilómetros de túneles y es el yacimiento subterráneo de cobre más grande del mundo. El año pasado, la mina produjo 356.000 toneladas métricas de cobre, el equivalente a casi el 7% de la producción total de Chile.
El país ha sufrido importantes desastres mineros en el pasado, incluyendo el accidente de El Teniente en 1945, que causó la muerte de 355 mineros, y el derrumbe de la mina San José en 2010, que dejó atrapados a 33 trabajadores durante 69 días. “Que descansen en paz. Es conmovedor ver las demostraciones de fe y esperanza de todo un país. Ánimo a los rescatistas y damos gracias a Dios por su altruismo”, concluye el arzobispo.