04 de septiembre de 2025

«La presa etíope en el Nilo es una amenaza continua para la estabilidad en la cuenca oriental del Nilo», afirma un comunicado conjunto de Egipto y Sudán emitido ayer, 3 de septiembre, al término de la reunión celebrada en El Cairo entre los ministros de Asuntos Exteriores y de Irrigación de ambos países.
«Las consultas abordaron los acontecimientos relacionados con la presa etíope y ambas partes coincidieron en que la presa, que viola el derecho internacional, tiene graves consecuencias para los países situados aguas abajo y representa una amenaza continua para la estabilidad en la cuenca oriental del Nilo según el derecho internacional», se lee en la declaración.
La postura de El Cairo y Jartum se ha hecho pública pocos días antes de la inauguración de la imponente obra. De hecho, el 9 de septiembre está prevista la fastuosa ceremonia de inauguración oficial de la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD).
El día antes de la declaración conjunta de Sudán y Egipto, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, reiteró la voluntad de su país de colaborar con Egipto y Sudán en la gestión de las aguas del Nilo, subrayando que, ahora que la presa está terminada, garantiza un flujo constante de agua durante todo el año a los dos países situados aguas abajo, podrá prevenir las inundaciones y no les causará ningún daño.
El Cairo y Jartum insisten en alcanzar un acuerdo legal trilateral vinculante sobre su llenado y gestión. El Gobierno egipcio ha invocado «medidas unilaterales» si no se alcanza dicho acuerdo.
El primer ministro etíope, en una declaración televisiva, describió el Nilo Azul como la «madre de todos los problemas» a los que Etiopía se ha enfrentado durante siglos, y afirmó que su explotación a través de la GERD marca el fin de una «lucha milenaria».
Las tensiones por la gestión de las aguas del Nilo entre Etiopía, por un lado, y Sudán y Egipto, por otro, corren el riesgo de extenderse a otros países de la zona, como Somalia, donde El Cairo tiene una presencia militar que ciertamente no es bienvenida por Adís Abeba.