12 de noviembre de 2025

El Papa León XIV recordó este miércoles que el pasado sábado 8 de noviembre fue beatificada madre Elisva Vakha’i, religiosa india del siglo XIX y fundadora del Tercer Orden de las Carmelitas Descalzas Teresianas, destacando su compromiso “valiente en favor de la emancipación de las muchachas más pobres”. “El testimonio de la madre Elisva Vakha’i —afirmó el Pontífice durante los saludos en lengua italiana al término de la Audiencia General— es fuente de inspiración para cuantos trabajan en la Iglesia y en la sociedad por la dignidad de la mujer”. La ceremonia de beatificación se celebró en la plaza frente a la Basílica-Santuario de Nuestra Señora del Rescate, en Vallarpadam, ciudad de Kochi, en el estado indio de Kerala, y fue presidida por el cardenal Sebastián Francis, obispo de Penang (Malasia).  Ante miles de fieles, religiosos y religiosas de todo el país, el purpurado destacó que la nueva beata representa “un faro de esperanza” para todas las “mujeres consagradas, para todas las madres y para todas aquellas que sufren en silencio y, sin embargo, eligen amar”, según informó Vatican News.

Una mujer, madre y viuda que fue llamada por Dios Antes de abrazar la vida religiosa, Elisva Vakha’i estaba casada y tuvo una hija. Al quedar viuda, decidió profesar los votos religiosos. Aquella experiencia marcó profundamente su vocación y la dotó de una sensibilidad especial hacia las necesidades de las mujeres de su tiempo. En una sociedad marcada por rígidas divisiones culturales y religiosas, supo reconocer la dignidad de cada persona y ofrecer oportunidades concretas de educación y acogida. A mediados del siglo XIX, fundó una escuela, un orfanato y un colegio para niñas, destinados principalmente a las jóvenes más pobres y marginadas. Su obra no se limitó a un gesto asistencial: fue una auténtica apuesta por la formación integral de la mujer, convencida de que la educación era la clave de su dignificación y participación activa en la vida social y eclesial.

Pionera de la vida consagrada femenina en la India Entre 1831 y 1913, la madre Vakayil abrió un camino inédito para las mujeres de Kerala, permitiéndoles acceder a la vida religiosa tanto en el rito latino como en el siro-malabar. Su proyecto, profundamente arraigado en la espiritualidad carmelitana y teresiana, unía contemplación y servicio, oración y acción educativa. Su ejemplo inspiró a su propia hermana Thresia y a su hija Anna, quienes la acompañaron en la fundación del primer convento de Carmelitas Descalzas Teresianas en Kerala, en 1866, bajo la guía espiritual de los misioneros carmelitas italianos. Juntas impulsaron una experiencia de comunidad que, según destacó el Cardenal Sebastián Francis en la homilía que pronunció durante su beatificación — anticipó intuiciones eclesiales que hoy se asocian al caminar sinodal de la Iglesia.

Una visión “inclusiva” y “sinodal” Durante la homilía de la beatificación, el cardenal subrayó la “visión inclusiva” que tuvo la madre Elisva Vakha’i con la que “se adelantó a su tiempo y es una verdadera expresión de la sinodalidad en acción: caminar juntos en comunión”. La nueva beata, añadió “muestra el camino” a la Iglesia en su recorrido sinodal, “escuchando, discerniendo y caminando juntos”. El fundamento de su “fe inquebrantable”, aseguró, “se encuentra en su espiritualidad, visión y misión, todas ellas arraigadas en su identidad como fiel discípula de Jesucristo por medio del bautismo, el corazón mismo de la sinodalidad”. Con el reconocimiento oficial de su santidad, la Iglesia propone hoy a la madre Elisva Vakha’i como modelo de vida evangélica encarnada en el servicio a los pobres, en la promoción de la mujer y en la construcción de comunidades fraternas.