09 de septiembre de 2025

El Papa León XIV dirigió un mensaje a los participantes en un encuentro interreligioso que se celebra en Bangladesh bajo el lema “Promover una cultura de armonía entre hermanos y hermanas”. Al referirse a este encuentro, el Santo Padre subrayó que “refleja el espíritu de apertura fraterna que las personas de buena voluntad buscan fomentar con los miembros de otras tradiciones religiosas”. “Como una sola familia, compartimos la oportunidad y la responsabilidad de seguir cultivando una cultura de armonía y paz”, agregó. El Pontífice enfatizó a continuación la importancia de la cultura, entendida como el “rico patrimonio de artes, ideas e instituciones sociales que caracteriza a cada pueblo”, así como “el ambiente que nutre y sostiene su pueblo”.  Para el Santo Padre, la cultura “debe ser cuidadosamente cultivada” y afirmó que ésta “requiere la luz del sol de la verdad, el agua de la caridad y el suelo de la libertad y la justicia”. En este contexto, puntualizó que, cuando se descuida la cultura de la armonía, “las malas hierbas pueden ahogar la paz. La desconfianza arraiga; los estereotipos se endurecen; los extremistas explotan los miedos para sembrar división”. “Juntos, como compañeros en el diálogo interreligioso, somos como jardineros que cuidan este campo de fraternidad, ayudando a mantener fértil el diálogo y a arrancar las malas hierbas del prejuicio”, señaló. El encuentro que se desarrolla en Bangladesh del 6 al 12 de septiembre es para el Papa León XIV un “hermoso testimonio” de que las diferencias de credo o de origen “no tienen por qué dividirnos”. “Por el contrario, en el acto de encontrarnos en amistad y diálogo, nos unimos contra las fuerzas de división, odio y violencia que con demasiada frecuencia han afectado a la humanidad” subrayó. El Santo Padre también animó a los participantes recordando las palabras del Papa Francisco: “Allí donde otros han sembrado desconfianza, nosotros elegimos la confianza; donde otros podrían fomentar el miedo, nosotros buscamos la comprensión; donde otros ven diferencias como barreras, nosotros las reconocemos como vías de enriquecimiento mutuo”. Para León XIV, construir una cultura de armonía significa compartir no sólo ideas, “sino también experiencias concretas”. Para ello, destacó que es indispensable “permanecer juntos al servicio de los más vulnerables de la sociedad”. En concreto, señaló que Bangladesh “ha sido testigo de ejemplos inspiradores de esta unidad en los últimos años, cuando personas de diferentes religiones se unieron en solidaridad y oración ante desastres naturales o tragedias”. “Cooperar en toda obra buena —continuó el Pontífice— es un antídoto sumamente eficaz frente a las fuerzas que intentarían arrastrarnos hacia la hostilidad y la agresión. Cuando nuestro diálogo se vive en acciones concretas, se transmite un mensaje poderoso: que la paz, y no el conflicto, es nuestro sueño más preciado, y que construir esta paz es una tarea que emprendemos juntos”. El Santo Padre reafirmó también el compromiso de la Iglesia Católica, al tiempo que lamentó los “malentendidos o heridas del pasado” que pueden “ralentizar nuestros pasos”.  Frente a esto, pidió animarse unos a otros para perseverar, recordando que cada discusión grupal, cada proyecto de servicio conjunto o comida compartida, cada gesto de cortesía hacia un vecino de otra religión, “son ladrillos de lo que San Juan Pablo II llamó ‘una civilización del amor’”. “Que el Altísimo bendiga a cada uno de ustedes, a sus familias y comunidades. Que bendiga su país con una armonía y paz cada vez más profundas. Y que bendiga nuestro mundo, que necesita con tanta urgencia la luz de la fraternidad”, concluyó el Santo Padre. “Cooperar en toda obra buena —continuó el Pontífice— es un antídoto sumamente eficaz frente a las fuerzas que intentarían arrastrarnos hacia la hostilidad y la agresión. Cuando nuestro diálogo se vive en acciones concretas, se transmite un mensaje poderoso: que la paz, y no el conflicto, es nuestro sueño más preciado, y que construir esta paz es una tarea que emprendemos juntos”. El Santo Padre reafirmó también el compromiso de la Iglesia Católica, al tiempo que lamentó los “malentendidos o heridas del pasado” que pueden “ralentizar nuestros pasos”.  Frente a esto, pidió animarse unos a otros para perseverar, recordando que cada discusión grupal, cada proyecto de servicio conjunto o comida compartida, cada gesto de cortesía hacia un vecino de otra religión, “son ladrillos de lo que San Juan Pablo II llamó ‘una civilización del amor’”. “Que el Altísimo bendiga a cada uno de ustedes, a sus familias y comunidades. Que bendiga su país con una armonía y paz cada vez más profundas. Y que bendiga nuestro mundo, que necesita con tanta urgencia la luz de la fraternidad”, concluyó el Santo Padre.