23 de julio de 2025

La Iglesia Católica en México hizo un llamado a la sociedad y a las autoridades de Latinoamérica a cuidar la familia como una apuesta hacia el futuro, destacando que “proteger a la familia es proteger el mañana de nuestra sociedad”. En el reciente editorial de su semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de México señaló que la región enfrenta “una transformación demográfica profunda y silenciosa, pero a pasos acelerados, y sus consecuencias ya se hacen sentir en el tejido social”. Esta reflexión se fundamenta en el estudio Cambios en las estructuras demográficas, elaborado por la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia, que examina las nuevas formas de organización familiar en la región. Según el editorial, las conclusiones del informe muestran que “las tasas de natalidad disminuyen de forma sostenida, los matrimonios se reducen, los divorcios aumentan, los hogares unipersonales se multiplican y el envejecimiento poblacional dejó de ser una amenaza lejana para convertirse en una realidad palpable”. Ante este escenario, la arquidiócesis hizo un llamado a no ver este fenómeno sólo como un asunto de cifras, sino como una realidad “que transforma profundamente la vida cotidiana, las relaciones humanas y las bases mismas de la convivencia”. “La familia, entendida como núcleo primario de la sociedad, es la gran protagonista —y también la gran víctima— de esta transición. Cuando se debilitan los vínculos, cuando la soledad sustituye a la pertenencia, y cuando el envejecimiento no va acompañado de estructuras de apoyo y afecto, el resultado es una sociedad más fragmentada, más vulnerable y menos resiliente”, aseguró. La arquidiócesis también destacó que los datos retratan una región donde “envejece sin relevo generacional suficiente y con lazos familiares cada vez más frágiles”, y alertó que “ya es mayor el número de fallecimientos al de nacimientos”.  Además advirtió que “sin estructuras familiares sólidas —basadas en el amor, el compromiso, la corresponsabilidad y el cuidado mutuo—, la sociedad entera se resiente” por lo que exhortó a las autoridades a que las políticas públicas que se generen “deben tratar a la familia como una prioridad social”.  Entre las propuestas, apuntó a políticas que “valoren la vida, que acompañen la maternidad y la paternidad responsables; que protejan a los adultos mayores sin aislarlos; que promuevan la conciliación familiar; y que fortalezcan los vínculos entre generaciones. La prevención de la pobreza, la salud mental, la educación integral y la inclusión digital no pueden diseñarse al margen de la familia: deben nutrirse de ella”. La Arquidiócesis de México concluyó subrayando que la transición demográfica no es sólo un desafío técnico, sino “un llamado a cuidar de la familia como una visión de futuro. Hoy más que nunca, proteger a la familia es proteger el mañana de nuestra sociedad.