21 de julio de 2025

Julieta Levene, experta en derecho canónico y miembro del tribunal eclesiástico de la Diócesis de San Isidro (Argentina), explicó las claves para entender qué es la nulidad matrimonial, cómo se diferencia del divorcio civil y por qué resulta fundamental el acompañamiento pastoral en este proceso. “La nulidad matrimonial no es un divorcio eclesiástico. No se trata de disolver algo, sino de analizar si ese sacramento fue válido desde el inicio”, aclaró Levene en una entrevista para EWTN Noticias. Mientras el divorcio es una disolución legal de la unión civil según las leyes de cada país, el proceso de nulidad en la Iglesia examina si existieron las causales para que el matrimonio sacramental se declare inválido. Según la especialista, este discernimiento no depende de la decisión unilateral de las partes: “El sacramento se presume válido, salvo que se demuestre lo contrario a través de un proceso judicial eclesiástico”.

Las causas más frecuentes de nulidad

Levene señaló que la causa más común de nulidad son los llamados motivos psicológicos, recogidos en el canon 1095 del Código de Derecho Canónico. “Ese canon hace referencia al discernimiento previo al matrimonio: cómo fue el noviazgo, la preparación, la madurez emocional, la conciencia sobre el compromiso que se asumía”, explicó. Entre los ejemplos más frecuentes mencionó:

  • Falta de libertad interior: por presiones como un embarazo no planificado, migraciones o problemas familiares.
  • Inmadurez afectiva o psíquica: que impide asumir las obligaciones del matrimonio.
  • Simulación o exclusión: cuando uno de los cónyuges, al casarse, no tenía verdadera intención de cumplir lo que prometía.

    “Muchas veces, las causas de nulidad no se descubren por lo que ocurre durante el matrimonio, sino que están en su origen: en la historia, en el noviazgo. Pero se hacen visibles después”, subrayó.“Es importante que las diócesis cuenten con servicios prejudiciales, de orientación, para ayudar a quienes tienen dudas. Todos los fieles tienen derecho a que se analice la validez de su sacramento”, recordó Levene. En ese marco, se está desarrollando un curso de formación asincrónica para agentes pastorales, disponible a través del Cebitepal del CELAM. “El curso es completamente grabado, con clases, testimonios y materiales de lectura. Cada uno puede hacerlo a su ritmo”, indicó. Julieta Levene concluyó alentando a quienes sienten inquietud sobre su matrimonio a acercarse a sus diócesis: “La Iglesia quiere acompañar con misericordia y verdad, no para justificar separaciones, sino para iluminar la verdad de cada historia con justicia y caridad”.

    Acompañamiento y formación pastoral

    A 10 años de la reforma del Papa Francisco con el motu proprio Mitis Iudex Dominus Iesus, que buscó hacer más accesible el proceso de nulidad, la Iglesia insiste en la necesidad de formar agentes pastorales que puedan ofrecer un primer acompañamiento.