24 de junio de 2025
John (Juan) Mckniff fue un misionero agustino que evangelizó Filipinas, Cuba y Perú; donde fue amigo de Robert Prevost, el ahora Papa León XIV. Tras haber sido enterrado en Estados Unidos, donde falleció en 1994, el recordado sacerdote, en proceso de beatificación, reposa ya en Chulucanas, norte del Perú, donde “dejó su corazón y su espíritu”. Los restos mortales de Mckniff llegaron al Perú el sábado 21 de junio, para ser enterrados en la parroquia San José Obrero en la diócesis de Chulucanas (Perú) donde el agustino trabajó entre 1972 y 1993. El domingo 22 de junio, en la fiesta de Corpus Christi, el Obispo de Chulucanas, Mons. Cristóbal Mejía, presidió la Misa previa a la sepultura, concelebrada por Mons. Miguel Cabrejos, Arzobispo Emérito de Trujillo; y por distintas autoridades de la orden de San Agustín como el P. Robert Hagan, superior provincial de Villanova en Estados Unidos.
Juan Mckniff: Ejemplo misionero, amor a la Virgen y promotor de vocaciones
La homilía de la Misa estuvo a cargo del P. John Lydon, agustino con más de 40 años en el Perú, quien recordó que él llegó al Perú en 1983, cuando el P. Mckniff ya tenía unos 10 años en la parroquia San José Obrero, donde se celebró la Misa ayer. Lydon resaltó que Mckniff estuvo unos tres años en Filipinas y luego sirvió a los más pobres en Cuba durante décadas. “Con la llegada de Fidel Castro y el comunismo fue perseguido pero se mantuvo allá trabajando, rechazando todo los intentos de ayudarle a salir del país”, resaltó el agustino. “Cada vez que recibió un pase para salir del país, él los regaló y mucha gente pudo salir de Cuba con este gesto”, destacó el P. Lydon. Después de mucho tiempo y tras haber expulsado a decenas de agustinos, “el gobierno cubano lo expulsó y con casi 65 años, cuando muchos piensan en jubilarse, su espíritu misionero lo trajo aquí al Perú y se entregó aquí y en Trujillo hasta su fallecimiento a los 89 años de edad”. El sacerdote agustino resaltó también el gran amor del siervo de Dios agustino por la Virgen María, lo que hizo que caminara a muchos caseríos y lugares “para fundar la Legión de María, de la que fue un incansable promotor”, por lo que “este grupo ocupaba un lugar en su corazón”.