14 de junio de 2025

Nadie debería amenazar jamás la existencia del otro. ¡Es deber de todos los países apoyar la causa de la paz, iniciando caminos de reconciliación y favoreciendo soluciones que garanticen la seguridad y la dignidad para todos!

La primera audiencia jubilar del Papa León XIV, la primera tras la interrupción debida a la enfermedad y muerte de Francisco, tiene lugar en un momento histórico marcado por «noticias que suscitan gran preocupación». Es decir, tiene lugar pocas horas después del estallido de las tensiones entre Israel e Irán, tras los ataques israelíes de hace dos días en el corazón de la República Islámica y la posterior respuesta iraní sobre Tel Aviv y, en parte, sobre Jerusalén. Se produce la mañana después de una noche caracterizada por misiles, explosiones, alarmas y columnas de humo, y en medio de peticiones para que se ponga fin a los ataques, por un lado, y amenazas de respuestas con misiles, por otro. Se produce, en definitiva, en un momento en el que se teme el inicio de un tercer conflicto de alcance probablemente incontrolable.

Responsabilidad y razón
«La situación en Irán e Israel se ha deteriorado gravemente», afirma el Pontífice al término de los saludos en varios idiomas tras la catequesis, en una basílica de San Pedro abarrotada por unos 6 000 fieles. Sus ojos están fijos en la hoja blanca, pero es su corazón, angustiado por esta escalada, el que habla. El Papa pronuncia dos palabras muy precisas en su llamamiento: «Responsabilidad», hacia su propio pueblo y hacia el mundo, y «razón», para no ceder a la furia ciega.
En un momento tan delicado, deseo renovar un llamamiento a la responsabilidad y a la razón.

Un mundo libre de la amenaza nuclear
El compromiso al que apela el Papa León es, en la estela de sus predecesores y de las posiciones expresadas muchas veces por la Santa Sede, el de «construir un mundo más seguro y libre de la amenaza nuclear». Esto, dice, «debe perseguirse mediante el encuentro respetuoso y el diálogo sincero para construir una paz duradera, fundada en la justicia, la fraternidad y el bien común».

De ahí la invitación del Obispo de Roma -que en su catequesis instó a «construir puentes donde hoy hay muros»- se dirige a «todos los países» del mundo para que se unan no en alianzas y facciones, sino para apoyar la «causa de la paz». La que parece cada vez más un espejismo, en esta era de la tercera guerra mundial «en pedazos».

Jesús no es un muro que separa sino una puerta que nos une
«Volvamos a construir puentes donde hoy hay muros», es el enésimo llamamiento a la unidad que hace el Papa León XIV. La ocasión fue la reanudación esta mañana, 14 de junio, en la Basílica de San Pedro de las audiencias jubilares inauguradas por el Papa Francisco en el mes de enero. Siguiendo los pasos de su predecesor, León XIV centra la catequesis en un aspecto particular de la virtud teologal de la esperanza y en una figura espiritual que dio testimonio de ella.
¡Continuemos, pues, el camino emprendido, como peregrinos de la esperanza!

El testimonio de los apóstoles
Introduciendo su discurso señala que la esperanza que reúne a los fieles en San Pedro es la «transmitida por los Apóstoles desde el principio». «Los apóstoles vieron en Jesús la unión entre la tierra y el cielo: con los ojos, los oídos y las manos acogieron el Verbo de la vida. El Jubileo es una puerta abierta a este misterio. El año jubilar conecta más radicalmente el mundo de Dios con el nuestro».
Nos invita a tomarnos en serio lo que rezamos cada día: «Como en el cielo, así en la tierra». Esta es nuestra esperanza. Este es el aspecto que hoy queremos profundizar: esperar es conectar.

Fuente: Vatican News
Ciudad del Vaticano, 14-06-2025