Información del Servicio
A MIS QUERIDOS LECTORES Y GUÍAS DE MISAS
La proclamación de la Palabra de Dios en nuestras celebraciones litúrgicas, es un momento muy importante que se debe valorar y preparar con anticipación. No basta tener personas de buena voluntad que se ofrezcan para leer. No basta, tampoco, con saber leer bien o tener buena voz. Ser lector en la Iglesia es mucho más que eso, es transmitir la fe de la Iglesia, es proclamar la Palabra viva que proviene del Dios vivo que dialoga con su pueblo. Por eso es indispensable que los lectores estén capacitados espiritual y técnicamente para cumplir bien este servicio. Lamentablemente muchos lectores se olvidan de esto y se limitan a leer sin ninguna preparación interior.
En varios lugares, he escuchado a lectores que no se les entendió nada, lo que proclamaron, y al final dicen Palabra de Dios y los fieles responden “Te alabamos Señor” … o “Demos Gracias a Dios” … ¿De qué? Si no han entendido nada de lo que se leyó.
SUGERENCIAS PARA LOS LECTORES EN LA MISA
- Lo primero, es entender que un texto bíblico en la misa no se lee, SE PROCLAMA, es Dios que por medio del que lee, habla a la asamblea.
- Nunca proclamar un texto sin antes haberlo repasado unas dos o tres veces, de tal manera que al proclamarlo ya se esté empapado de lo que dice. Además, ya se tendrá presente los signos de puntuación, interrogación y exclamación que hay; como también, aquellas palabras difíciles de pronunciar, las que es conveniente memorizarlas, para que cuando lee en voz alta, no te pase algún chascarro…
- Cuidar muy bien los aspectos técnicos. Antes de que se inicie la celebración, debes ensayar, si fuera necesario, tu voz en el micrófono, para ver a qué distancia debes estar de él, y cuanto volumen debes usar al hablar. Acostúmbrate a leer escuchándote; hay muchos lectores que, por no escucharse, gritan o leen muy despacio y los pobres fieles sufren las consecuencias de ello.
- La gente no sólo te escucha, también te mira. Por lo cual, preocúpate de tu presentación personal, evita los shorts, minifaldas o escotes muy pronunciados, o ir despeinado, masticando chicle, etc.
- No salir apurado a leer. Es más, en nuestra parroquia, quienes van a proclamar lecturas en la misa, deben estar sentados muy cerca del ambón. Así mientras el guía de la misa, está haciendo la introducción de la lectura, tú ya debes estar frente al micrófono, para que cuando termine la introducción, tú comiences inmediato a leer. Si usas lentes, por favor tenlos ya puestos, porque es muy común ver a hermanos, que además de salir a leer desde la mitad del templo, llegan al ambón, y cuando el guía ha terminado la introducción, recién comienzan a buscar sus lentes… (así, se les pasan largos segundos de…) Esto hace más dinámica la liturgia, no quedan baches o vacíos, que permitan que los fieles se distraigan.
- Fíjate bien que sea la lectura que corresponda que proclames y no otra. En algunas ocasiones, no ha faltado el que ha comenzado a proclamar el Evangelio (que sólo lo debe hacer el diácono o el sacerdote), ello indica que estas personas no repasaron antes las lecturas…
- Al proclamar, hazlo con calma, controla tus nervios y lee lentamente y modula bien.
- Respeta las reglas de acentuación, puntos, comas, signos de exclamación e interrogación, etc. No leas de corrido…
- Pronuncia bien lo que estás leyendo. No te enredes con las palabras, ni te comas algunas letras. Muchos lectores parecen que tuviera una papa caliente en la boca.
- Debes mirar a la asamblea. Es muy importante que te comuniques con la asamblea interesándola con tu mirada, expresando a través de ella lo que estás leyendo. Muchos lectores jamás levantan la cabeza cuando están proclamando un texto. A lo mejor si levantas la cabeza, temes perderte del texto, puedes ir siguiendo la lectura con el dedo, así cuando levantes la cabeza no te perderás…
- No bajes la voz en los finales de cada frase. ¿A ti te gustaría ver películas cortadas?
- Fíjate en el cambio de situaciones que hay en el texto para darles el énfasis debido…
- Recuerda tu postura corporal, no estás haciendo un show, tampoco debes estar en una posición firme, como si fueras sargento, ni con las manos en los bolsillos, ni con los codos sobre el ambón. Se trata de tener una postura digna.
- Si el guía ya dijo de que libro estaba tomada la lectura, tú debes comenzar a leer el texto sin repetir lo que ya ha dicho el guía. Si el guía no hubiese dicho de que libro estaba tomada la lectura, entonces la dices tú. Igualmente, no debes indicar el capítulo y los versículos de donde se ha extraído la lectura, basta mencionar el nombre del libro.
- Al proclamar el salmo, no olvides que es poesía, recuerda cuando en el colegio te hacían declamar poesías, hazlo de esa misma forma. Aquí ten cuidado en lo siguiente, si el guía dijo cual era la antífona y ya la repitió junto con la asamblea, tú comienza a leer la primera estrofa; si no la dijo, o simplemente no hay guía, tú debes decir, “Repitamos todos la antífona…” y después de cada estrofa se repite la antífona y tú también debes decirla junto a la asamblea; si el coro canta la antífona, tú calla… porque a lo mejor en vez de ayudar, vas a desafinar…Es importantísimo, que tanto el guía, como el salmista estén en comunicación con el coro, porque a veces sucede, que el guía anuncia la antífona y la repite con la asamblea y el coro después canta dicha antífona…
- El guía en la misa, no es un animador o locutor de fútbol… si te toca hacer de guía, se prudente. Debe no sólo hacer las introducciones que están en el guion, sino responder cada paso de la misa, porque si ésta se transmite por la radio, como es el caso de nuestra parroquia, debe escucharse como corresponde… IMPORTANTE, el guía no debe cantar, porque como está frente al micrófono, tapa al coro, y a veces, hay algunos desafinados, que dan lástima. Además, el guía, no debe decir a los fieles tomen asiento o pónganse de pie mientras guía la misa, a no ser que sea en una misa de funeral, matrimonio o bautizos, donde asiste gente que poco o nada saben de la misa.
- Como en nuestra parroquia, cada domingo se hacen cargo de las lecturas, diferentes grupos, quienes hayan sido elegidos para leer, deben estar media hora antes en el templo, para que junto con el equipo de liturgia, hagan los respectivos ensayos. Si 15 minutos antes de la misa, no han llegado, asumen las lecturas miembros del grupo de liturgia.
- Finalmente, quienes tienen la gracia de proclamar lecturas en la misa, les pido de corazón, que lleven una vida sacramental activa. Esto es, confiésense a menudo, asistan todos los domingos a misa y no sólo cuando van a leer. Todos los días lean la Palabra de Dios, en las hojitas del domingo, están las citas bíblicas de cada día de la semana. No olviden vivir las obras de misericordia.
P. Luis Rocha